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10/06/2023 ElLitoral.com.ar (Corrientes) - Nota

Tres motivos para celebrar las elecciones de hoy


Por Emilio Zola Especial Para El Litoral Hoy se vota. Una elección parlamentaria con resultados predecibles para el ecosistema político de Corrientes, pero no por ello menos gravitante que cualquier otra contienda democrática. Podría decirse que todo lo contrario en razón de que debutan el cupo femenino del 50 por ciento, el voto joven con más de 38.000 empadronados de entre 16 y 18 años, y la inteligencia artificial en un experimento que abre los brazos a los últimos avances de la tecnología digital. Las mujeres intercaladas con varones en las boletas de las cuatro fuerzas oficializadas para la competencia que comenzará a las 8 de la mañana constituyen un símbolo de las conquistas conseguidas por los movimientos feministas que en los últimos 20 años comenzaron a ganar terreno en un mundo dominado por caudillos, generales y sacerdotes, herederos del machismo griego que alguna vez concibió a la irresistible Pandora para achacarle el origen de todos los pesares planetarios. El logro de la mujer en el ejercicio igualitario de los derechos políticos se inscribe como el resultado de un proceso que no ha terminado, ni mucho menos. La Ley de Paridad de Género, sancionada en agosto de 2022 y celebrada en la plaza 25 de Mayo como un avance histórico, lleva grabado a fuego el nombre de su impulsor, el gobernador Gustavo Valdés, quien debió insistir durante años hasta formar consenso en las cámaras legislativas. No fue fácil superar los obstáculos interpuestos por los cófrades de Príapo. Esa persistencia del mandatario fue desmerecida y tratada con desdén, subvaluada y atribuida a una maniobra maniquea según la cual la figura de Valdés, cuyos patrones gestuales e incluso estéticos quebraron estereotipos patriarcales, se beneficiaría de un presunto poder de seducción masculina para cosechar apoyos en la mitad femenina y “no binarie” del padrón.  Ni tanto ni tan poco. Puede que sí, puede que no, puede que ni: las mujeres no votan porque un candidato tenga facha, ni porque las listas tengan un 50 por ciento de candidatas de su misma orientación sexual, sino por una suma de factores entre los que esos detalles pesan menos de lo que cree el imaginario colectivo. Hasta que fue sancionada la paridad, una recalcitrante actitud troglodita frenó el proyecto no tanto por cuestiones de estrategia, sino por razones atadas al dictado visceral de un modelo sociocultural que se resiste a ceder espacios a las que –según inconfesables criterios- deberían estar cocinando y planchando en vez de andar metiendo las narices en cosas de hombres. Porque para ellos eso de gobernar es cosa de machos, los mismos machos que cuando se sientan a discutir cuestiones de Estado mocionan que la dama de la mesa se encargue de preparar el mate y servir las facturas. La elección de hoy marca un cambio de época porque los varones sigloventistas acostumbrados a escanear chicas del cuello para abajo (y a rematar el festín visual con un piropo grosero) tienen que tragarse el sapo porque así lo impone la corriente de pensamiento que, empalmada con nuevos patrones conductuales, equipara en roles y responsabilidades a personas con o sin vagina. Dicho de este modo para abarcar todos los matices de una sociedad donde algunos nichos autodefinidos “liberales” todavía insisten con clasificar gente según los colores rosado y celeste, en sintonía con el corsé dogmático de las religiones. Claro que han recurrido a triquiñuelas como la clásica habilitación de lugares para esposas de…, hijas de… y hermanas de... Se trata de una edulcorada y a la vez maquiavélica utilización de mujeres que por vínculos de parentesco aceptan cuidar la poltrona del caballero impedido de seguir en el cargo por limitaciones legales o constitucionales.  Así llegan al extremo de que en algunos distritos se configuran pseudomonarquías de apariencia republicana como la imperante en la provincia de Santiago del Estero, donde marido (Zamora) y mujer (Abdala) se intercalan desde hace años en la jefatura del Ejecutivo. Pero hasta el subterfugio del varón oculto detrás de las polleras de una delegada que ocupará la banca en su nombre es mejor que un recinto con sobredosis de testosterona. Aun conducida por los hilos invisibles del mecenas de turno, una legisladora, una gobernadora o una ministra aportarán la perspectiva sensible y comprometida que solamente el género femenino logra inyectar a los debates de fondo, en aquellos sitiales donde hasta hace unos años la presencia de una mujer era pura excentricidad. Otro elemento de análisis es la astucia con que muchas damas que ingresan a la arena política por portación de apellido o linaje se las ingenian para emanciparse de sus “managers” a medida que ganan musculatura propia para convertirse (como otras lo hicieron en distintos momentos históricos) en referentes con peso propio, autónomas y libres del yugo marital que pudieron haber padecido en sus inicios. Dicho de otro modo: muchas podrán comenzar como meras cuidadoras de un lugar reservado para el jefe del clan, pero con el paso del tiempo desactivarán los contradocumentos de fidelidad ciega que las reducían a la calidad de cancerberas y se erigirán en capitanas de sus propios equipos, émulas de Julieta Lanteri, aquella médica que en 1911 burló la prohibición del sufragio femenino tras detectar una hendija legal: la normativa de entonces no impedía expresamente su voto, por lo que el juez interviniente hubo de autorizarla a ejercer el derecho cívico en la mesa número 1 de la ciudad de Buenos Aires. Otro ingrediente clave de la jornada eleccionaria de hoy es la participación de adolescentes cuya capacidad de discernimiento es por primera vez tomada en serio por la institucionalidad correntina. Podrá alegarse que son inmaduros, que carecen de formación política y que colocarán el sobre sin dimensionar la importancia trascendental de elegir a los representantes legislativos provinciales o municipales. Queda claro que los subestiman (los subestimamos). Muchos jóvenes han asumido la inminencia del primer voto de sus vidas con una responsabilidad abismalmente mayor que la demostrada por los adultos, al punto de que en las escuelas secundarias se desarrollaron debates entre compañeros y profesores que luego fueron trasladados a la mesa familiar para esclarecer aspectos que los electores debutantes demandan antes de entrar al cuarto oscuro para “no hacer cualquiera”. ¿Hay pibes que no tienen la posibilidad de charlar de estos temas con sus padres, en hogares problemáticos? Sí, los hay. ¿Hay otros que ni siquiera piensan en votar, sumidos en la pobreza y las adicciones? También, los hay. Pero el voto joven está allí, consagrado por la ley después de intensas negociaciones que, una vez más, tuvieron al gobernador Valdés como el motor principal de un cambio de paradigmas que dentro de algunos años se estudiará en las universidades como lo que es: una bisagra de acrecimiento de la calidad democrática. Completa esta trilogía de giros hacia la modernización institucional de Corrientes la aplicación de inteligencia artificial para apelar a un doble conforme en el recuento provisorio de esta noche. Se trata de una prueba piloto no vinculante, pero será la primera vez en la historia que un algoritmo robótico se encargue de leer los telegramas emitidos por cada presidente de mesa para producir un guarismo digitalizado sin la contaminación subjetiva de los escrutadores humanos. En una provincia de matriz conservadora y pastoril, no es poco.

#59578184   Modificada: 10/06/2023 23:28 Cotización de la nota: $32.000
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